sábado, 22 de septiembre de 2012


En esta primera semana de trabajo, tras las primeras explicaciones sobre los fundamentos, precedentes y objetivos de la Talla Dulce, se han empezado a grabar las planchas de cobre. En primer lugar se han elegido los motivos. He insistido en la importancia de dotar de un contenido personal a las imágenes. Pues no sólo se trata de aprender un nuevo procedimiento de grabado, sino de materializar,  mediante esta técnica, una idea personal. 

En primer lugar, se ha transferido, calcado o dibujado sobre las planchas la imagen a grabar. Para ello, se aplica una capa de gouache blanco sobre la plancha, previamente pulida, biselada y bien desengrasada con amoniaco y vinagre.

Sobre esta capa se puede dibujar o calcar con facilidad el asunto. En otros casos el dibujo (fotocopia del mismo sin invertir) se ha transferido directamente sobre la plancha, previamente mateada con cloruro de hierro,  mediante el empleo de disolvente nitrocelulósico y la presión del tórculo.

A partir de aquí se graban con la ayuda del buril las lineas maestras del dibujo, tras lo cual hay que empezar a decidir las diferentes maneras de texturizar la plancha con el fin de obtener las gradaciones tonales necesarias. Se pueden utilizar todas las herramientas disponibles, graneadores, rascadores, buriles, puntas, ruletas, etc




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